¿Qué cosas suceden con el apagón?

Por Marcos Álvarez Yáñez (sociólogo)

                   Durante los años noventa, Yuri, la cantante mexicana cantaba a todo el mundo su nuevo tema en dónde transmitía la inseguridad de ir caminando por la calle y quedar a oscuras. Esa misma sensación hemos experimentando en las últimas semanas en dónde en diferentes días se ha cortado la luz de nuestras casas. Cuestiones tan básicas cómo hervir el agua, prender la televisión, escuchar radio se han visto imposibilitadas de realizar por las recurrentes interrupciones del servicio. Colbún, Linares, Longaví, Retiro, Parral, San Javier, Villa Alegre y Yerbas Buenas han sufrido las consecuencias de estas situaciones que tiene muy molestos a los habitantes al sur de río Maule.

Me refiero a los cortes del día sábado 21, lunes 23 y el jueves 26 del presente mes, en dónde la ciudadanía no ha tenido una explicación formal por parte de las compañías que entregan el servicio. Yo me pregunto sólo por lo cotidiano, a escala pequeña, pero también pienso ¿qué pasará con los hospitales, las postas de salud, los comerciantes que no cuentan con equipos de respaldo con sus mercaderías, las personas electrodependientes?

La verdad es que cuesta tener respuestas para esto, existe un imaginario colectivo de mucha incertidumbre después de lo sucedido el 25 de febrero del 2025 en dónde quedamos a oscuras por más de 10 horas desde Arica hasta Puerto Montt. La ciudadanía exige respuestas por un servicio que está siendo interrumpido constantemente y en el cuál además se paga. No debiese existir excusa alguna para que las compañías eléctricas puedan invertir en tecnología y así evitar los cortes, las ganancias del rubro así lo reflejan.

En general, las empresas eléctricas en Chile han experimentado aumentos significativos en sus ganancias en los últimos años, impulsados por factores como mayores ventas de energía y ajustes en las tarifas, perodebo aclarar que el sector eléctrico chileno es complejo, con diversas empresas operando en la generación, la transmisión y la distribución. En el último sector es dónde operan las empresas que nos alimentan a nosotros, CGE y Luz Linares.

Hoy es más evidente que en nuestro país no tenemos energía como parte de un servicio público ni se garantiza el derecho humano a tener un acceso seguro a la energía, considerando que es un servicio básico para una buena calidad de vida. Es hora de replantear el enfoque del sistema energético y priorizar el bienestar de la ciudadanía. La energía es un recurso fundamental para la vida diaria, y su acceso seguro y accesible es esencial para garantizar una buena calidad de vida. ¿No creen que es hora de cambiar el enfoque y priorizar el derecho a la energía como un servicio público fundamental?

Es hora de enfrentar el desafío de fondo: necesitamos una revolución en nuestro sistema energético que priorice la autonomía y la sostenibilidad. Esto significa crear un modelo que garantice el acceso a la energía como un derecho fundamental, mientras protege y preserva el equilibrio de la naturaleza. Porque mientas el estado siga al debe con sus instituciones fiscalizadorasseguiremos expuestos a los cortes de luz y todas las consecuencias que estos puedan tener.