Huerta de Maule

Huerta de Maule
Huerta de Maule.

“La historia de Huerta de Maule está estrechamente ligada a la de sus haciendas, y la población permaneció muy arraigada a sus tierras durante décadas, negándose a trasladarse a las ciudades cercanas. Sin embargo, su ubicación geográfica estratégica la convirtió en una parada obligada para los viajeros que transitaban entre Santiago, Talca y Concepción. A pesar de los graves daños sufridos por el terremoto del 2010, que destruyó gran parte del casco histórico-colonial que caracterizaba al pueblo, Huerta de Maule mantiene un alto valor arquitectónico, histórico y etnográfico”, destaca el investigador y documentalista Leonardo Albornoz


Por Leonardo Albornoz

                              En el corazón de la Región del Maule, se encuentra la localidad de Huerta de Maule, un pueblo con una rica historia y una fuerte conexión con su pasado.

Ubicado en el cordón de la cordillera de la costa, al oeste del río Loncomilla y al sur del río Maule, Huerta de Maule fue en el pasado una localidad bastante más poblada. Su fundación data del año 1754, aunque ya existía un asentamiento en el lugar desde la mitad del siglo XVII, relacionado con la presencia de un convento franciscano y la existencia de una veta de oro en los alrededores.

La historia de Huerta de Maule está estrechamente ligada a la de sus haciendas, y la población permaneció muy arraigada a sus tierras durante décadas, negándose a trasladarse a las ciudades cercanas. Sin embargo, su ubicación geográfica estratégica la convirtió en una parada obligada para los viajeros que transitaban entre Santiago, Talca y Concepción. A pesar de los graves daños sufridos por el terremoto del 2010, que destruyó gran parte del casco histórico-colonial que caracterizaba al pueblo, Huerta de Maule mantiene un alto valor arquitectónico, histórico y etnográfico.

El pueblo aún conserva una atmósfera que nos permite vislumbrar cómo lucía una aldea colonial chilena de la zona central. Todavía resisten algunas construcciones que  reflejan una típica línea criolla, con corredores fortificados, postes labrados, bases de piedra tallada, portones claveteados, aleros, pilares en las esquinas y techos de colihue y teja. La plaza y sus cuatro calles que la rodean fueron declaradas zona típica en abril de 1997, un reconocimiento a la importancia histórica y cultural del lugar.

Pero es en la fiesta de San Francisco, que se lleva a cabo cada 04 de octubre, donde Huerta de Maule muestra su verdadera esencia. La fiesta es una manifestación impresionante de religiosidad popular, campesina y criolla, que congrega a cientos de fieles que llegan hasta allí para rendir homenaje al santo patrono y pedir por salud, bienestar y una buena cosecha. La plaza se llena de ruido y color, con el sonido de los cascos de los caballos, la música con sentimiento rural y los coloridos chamantos. Es un momento de gran emoción y devoción, que nos recuerda la conexión profunda que mantiene la comunidad con sus raíces y con la tierra que los vio nacer.

Huerta de Maule es más que un pueblo; es un pedazo de historia viva, un reflejo de la tradición y la fe que late en el corazón de la región del Maule. En sus calles de tierra se respira la esencia de un pasado que se niega a desaparecer. Es un recordatorio de que, en medio de la modernidad y el cambio, hay lugares y tradiciones que permanecen inmutables.

Huerta de Maule es un tesoro que debemos preservar y celebrar, un lugar donde la historia y la fe se entrelazan en una danza eterna de tradición y devoción.